La huelga que protagonizaron los controladores aéreos paralizó el país en una de las fechas más importantes de tráfico aéreo y el Gobierno tomó una medida desesperada. Millones de familias sufrieron las consecuencias, evitando que llegaran a sus destinos en tan señaladas fechas.
La solución del Gobierno fue la de declarar el estado de alarma en el que se militarizaba todo el espacio aéreo, haciendo que las personas que no acudieran a sus puestos de trabajo fueran penados con cárcel.
Finalmente, tras un mes, la situación se ha normalizado por lo que el Gobierno ha decidido no prolongar más ese estado de alarma y el sábado a las 24 horas se dio por finalizada esta etapa retirando a los militares de las torres de control.
Lo cierto es que eso no ha sido un estado de alarma de verdad, solo ha afectado a 600 personas y merecido que lo tenian, en ningún caso pueden 600 personas por muy legítimas que sean sus reclamaciones tener en vilo 600.000 personas, sin contar a las que no esperaban el avión, sino un trasplante o a la familia que volvia a casa por Navidad.
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